
La Fe de los Eonitas
Nacimos en una tierra moribunda y crecimos en la ignorancia. Decidimos hurgar en el tiempo y sólo hace muy poco logramos romper las barreras que nos separaban del conocimiento perdido. Hemos descubierto cosas. Cosas perturbadoras. Cosas como... que el Olvido mata.
​
La cofradía tiene su propia fe. Los Hijos de Valleahogado creemos en un Dios extraño e inmenso, creador del universo, pero también parte del universo que creó. Creemos en un Dios que se fragmentó a sí mismo y se ocultó en un mundo que dispuso para nosotros con el fin de que lo experimentásemos, lo investigásemos, lo comprendiésemos. Ese Dios es la Verdad Absoluta, es el Conocimiento Supremo; es un Dios fragmentado y disperso que nos pone a prueba dándonos la vida y la consciencia, el libre albedrío para elegir entre la ignorancia y el descubrimiento.
​
Esos fragmentos de ese Dios son los Eones. Pedazos del conocimiento dispersos por el universo. Todo guarda un Eon en su interior, incluso nosotros, los mortales. Esa es la esencia de nuestra fe: todo es un fragmento de verdad, y un fragmento de verdad es una mentira; el único camino honesto es reunir los fragmentos mediante el estudio. Hay un Eon en el fuego y el acero que trabaja el herrero, hay un Eon en el campo antaño fértil y ahora árido, hay un Eon en la forma de las montañas y la profundidad de los valles, hay un Eon en la mezcla de la pólvora y en las palabras secretas de las antiguas maldiciones. Cada Eon es una forma de conocimiento que permanece oculto a simple vista, esperando ser estudiado; y cada vez que un Eon es comprendido, nos aproximamos un paso más hacia la perfección de nuestro ser.
​
El conocimiento es poder, y el poder corrompe. Eso también es un Eon. La verdad de que no todos saben administrar el conocimiento, confundidos por la avaricia, despistados por el ansia de reconocimiento, corrompidos por viejos rencores; no todos anhelan reunir el conocimiento para ayudar, muchos anhelan sólo el conocimiento que les permita dominar e imponerse, y tan pronto lo alcancen, destruirán todas las fuentes y perseguirán a todos los eruditos que puedan emplear sus propias armas contra ellos. Somos conscientes de ello, y por eso somos conscientes de la necesidad de transmitir el conocimiento y supervisar a los discípulos. Porque aquellos que arrastran su conocimiento a sus tumbas y aquellos que osan borrar el conocimiento de los demás son siervos ignorantes de una fuerza terrible que erosiona los cimientos mismos del mundo: el Olvido.
​
Nosotros lo sabemos. Nosotros crecimos bajo la sombra del Olvido. Nosotros luchamos contra la furia del Olvido. Nosotros podemos ayudaros pero necesitamos que os dejéis ayudar. Juntos reuniremos a los Eones y alcanzaremos la Verdad Absoluta, el Conocimiento Supremo; juntos traeremos armonía, recuperaremos la prosperidad, alcanzaremos la plenitud. Tomad nuestra mano y permitid que os guiemos a un tiempo mejor...
​
Confiad en nosotros, ¿qué otro propósito podríamos tener?